lunes, 25 de enero de 2016

Richard Ridley*: cómo encontrar a tu lector medio**

Richard_ridley_como_enconrtar_a_tu_lector_medio
Lea algún consejo sobre marketing, y usted siempre encontrará una frase común: conozca a su lector medio. Se escribe fácil, pero ¿cómo saber quien es su lector medio, o dónde puede encontrarlo? He aquí mi mejor consejo sobre cómo localizar fácilmente su lector medio.

1- Género: Su libro pertenece a un determinado género, y eso es una gran noticia. Estos vienen con características demográficas fundamentales. Es cierto, por sí solo no le ofrecerá una representación de cada lector que desea alcanzar, pero le da una buena indicación de cuales son sus lectores medios.

2- Otros Libros: Con todo y lo original que su libro pueda ser, tendrá ciertas similitudes con otros libros. Una vez más, esto es una gran noticia, sobre todo si el libro fue un best-seller. Es más que probable que usted encuentre grupos de fans en línea, y obtener así una instantánea virtual ideal de de su lector medio.

3- El Espejo: Siempre que no haya escrito una novela “adulto joven” o un libro para niños, el lector promedio podría parecerse y actuar muy similar a usted. Después de todo, lo más probable es que usted haya escrito con pasión, una pasión que venía de la época en que usted era un fan, antes de empezar a escribir su primer libro. ¿De qué se trata?: Ingeniería inversa a sus propios hábitos y lugares de encuentro.

4- Asunto: Digamos que usted ha escrito una novela negra con un protagonista capaz de comunicarse psíquicamente con los gatos. Usted, mi amigo, tiene un libro de nicho, y los libros de nicho tienen lectores medios bien definidos. Apuesto que le tomaría menos de un minuto en un motor de búsqueda para encontrar grupos que estén fascinados por los gatos con habilidades psíquicas.

Una vez que haya encontrado a sus lectores promedio, alcanzarlos es una cuestión de involucrarse en sus comunidades en línea y presentarse a sí mismo como un autor. No presione. Participe. Sea un valioso miembro de sus comunidades, y se volverán curiosos hasta no ser solo lectores promedio, sino sus lectores.

* Autor galardonado y colaborador pagado de CreateSpace

**Traducido por Vincent Corso.

domingo, 24 de enero de 2016

Richard Ridley: Your Average Reader

Richard_ridley_your_average_reader
Read any advice about marketing, and you will invariably find a common refrain: know your average reader. That's easy to write, but how do you know whom your average reader is or where your average reader can be found? Here is my best advice on how to easily locate your average reader.

1- Genre: Your book belongs to a certain genre, and that is great news. Genres come with baseline demographics. True, it won't provide a representation of every reader you want to reach, but it gives you a good indication of whom your average reader is.

2- Other Books: As original as your book may be, it still bears some similarity to other books. Again, that is great news, particularly if the book was a bestseller. You will more than likely find fan groups online, and you will get an ideal virtual snapshot of your average reader.

3- The Mirror: Provided you haven't written a young adult novel or a book for children, your average reader could look and act a lot like you. After all, the odds are you wrote with passion, and that passion came from being a fan before you started writing your first book. Reverse engineer your own habits and hangouts.

4- Subject Matter: Let's say you've written a crime novel featuring a protagonist who psychically communicates with cats. You, my friend, have a niche book, and niche books have well defined average readers. I'm guessing it would take you no time at all on a search engine to find groups that are fascinated by cats with psychic abilities.

Once you've found your average readers, reaching out is a matter of getting involved in their online communities and introducing yourself as an author. Don't push. Participate. Be a valued member of their communities, and they will become curious until they aren't just average readers, but your readers.

*Award-winning author and paid CreateSpace contributor

Forum Create Space

jueves, 21 de enero de 2016

Embriagados en el espíritu de la seductora ciudad de la furia

Embriagados_en_el_espiritu_de_la_seductura_ciudad_de_la_furia
Desde la primera noche que pasan en un hotel del centro de la ciudad, ambos se dan cuenta que durante su estadía en Buenos Aires llevarían hasta el exceso los deseos de gozar, movidos por una sensación de adolescente libertad, en una ruptura temporal con las obligaciones laborales y la red de relaciones y expectativas de su país de origen. Gina y Vincent se entregan a la ciudad y al sexo como nunca, inspirados por estar en la tierra de sus íconos musicales y literarios, y viven un idilio inusitado que por momentos enseña el rostro de los muros insalvables que no lograrían superar como pareja. A lo largo de esos días se suceden episodios que van de lo estético a lo político, de lo erótico a lo esotérico, en un itinerario en el que ambos caen embriagados del espíritu de la seductora urbe.

Buenos Aires se ve, al decir de Cerati el entrañable, tan susceptible. Y nosotros, entregados a ella desde la distancia, no somos menos caraqueños ―o madrileños o habaneros― por eso, ni ella deja de ser la jeva, ¿o mina? que siempre nos alienta a tirarnos el lance. Así, los viajeros recalan en la ciudad del Bajo dispuestos a dejar su impronta, antes de partir en vuelo definitivo, en medio de una alucinación, para instalarse de nuevo en el valle furioso, con la sensación de final de cuento, de un ciclo ya cerrado, aunque con una sonrisa en los labios y una lengua que los acaricia.

Adquierelo, aquí: amzn.to/1mNQj7S

miércoles, 20 de enero de 2016

El prólogo de Luis Santi para leer "Sin Descanso en Buenos Aires"

Prologo_de_luis_santi_para_leer_sin_descanso_en_buenos_aires
¿Quién que aún no lo haya consumado, no ha querido viajar a Buenos Aires? Esa especie de Meca nuestra del Sur, existente, presente en sueños, en frases, en libros; habitante de nuestra imaginación. Poblada de referencias circulares, bifurcadas, que se encuentran luego del tránsito obligatorio por senderos de terror, de música, de temblores, y se vuelven a difuminar, como en un delirio.

Buenos Aires se ve, al decir de Cerati el entrañable, tan susceptible. Y nosotros, entregados a ella desde la distancia, no somos menos caraqueños ―o madrileños o habaneros― por eso, ni ella deja de ser la jeva, ¿o mina? que siempre nos alienta a tirarnos el lance. Igualmente, por aquí han recalado porteños que, luego de dejar su impronta, han partido en vuelo definitivo a instalarse en la memoria de las gentes de todo el mundo.

Quizá nosotros para ellos somos ese Caribe anhelado, atrapado en un eufemismo y hasta un cliché, a veces apasionante e indescifrable para las almas humeantes y dolidas. Somos política efervescente, contradicciones, intensidad, amenaza a la vida mullida, caos, sol, calor, caderas de hembra imposibles de hallar en un cigarrillo y una melena platinada, distante y solitaria, que avanza a grandes trancos vaporosos por cualquiera de esos lugares míticos: La Boca, Caminito, Recoleta, Plaza de Mayo.

Vincent Corso, y su compañera arquetípica, van al hallazgo de esa pasión postergada por mucho tiempo, a desenrollar lo que estaba guardado en el pergamino personal. Desde la figura ambivalente de Faustino Sarmiento y su infame racismo hasta Jim Morrison y los caminos del exceso, viajando de Gardel a los Kirchner, y pasando por Maradona, aterrizan en el Borges más escurridizo; uno que da pie a nuevas conjeturas sobre su verdadero paso por este mundo, si es que no era un extraterrestre que vivió sólo dentro de sus cuentos, novelas y demás travesuras escriturales.